¿Existe el futuro?

Pasado………Presente……….¿Futuro?

Sara, una chica de 14 años, me acaba de preguntar ¿existe el futuro?. ¿Tú que crees?

Savater: Reconquistar las aulas

 

En el artículo de Fernando Savater que aparece hoy en El País se habla de la educación hoy en día. Savater menciona el libro de un profesor de instituto José Sánchez Tortosa –El profesor en la trinchera– en el que se cuenta «la batalla más noble, silenciada y solitaria de todas: la que mantiene el maestro contra la ignoracia consentida y mimada de los alumnos en una sociedad en la que cada cual es rey y todos esclavos, o sea donde se ha olvidado la exigencia liberadora del conocimiento» -dice Savater-. Y trae las siguientes palabras del autor: «Un aula de secundaria es una batalla campal en la que el profesor queda relegado casi siempre al papel de mero observador de la ONU sin la cobertura de los cascos azules, al menos hasta que los guardias jurados entren en las aulas, que todo se andará». Acaba diciendo Savater que «las aulas no pueden entregarse a la desidia, al matonismo y a una indisciplina que no es creadora más que de fracaso escolar. Luchar por reconquistarlas -para empezar, reforzando la indispensable autoridad del maestro- es el principio de cualquier regeneración democrática verdadadera».

Comparto con Savater y con Tortosa esas afirmaciones. Lo que mantenemos en las aulas desde hace unos años es, a veces, una verdadera batalla. Insisto que «a veces» y que no ocurre con todos los cursos pero mi sensación, que contrasto cuando hablo con otros compañeros y compañeras de la profesión, es que intentar «enseñar» hoy en día se está convirtiendo en una utopía. Muchas veces vemos que nuestra labor en el aula se convierte en la de hacer funciones de «guardería»: estamos allí para que ciertos chicos y chicas no estén en la calle. Hemos pasado de la función de «enseñantes» a la de «vigilantes». Y en clase, repetimos continuamente las mismas órdenes en una misma clase porque uno te dice «es que no estaba atendiendo», otro no te dice nada pero te lo pregunta porque estaba hablando, o, simplemente no te lo pregunta, no lo hace y se queda con cara de decir «porqué me molestas con estas cosas». Pero el problema, en la mayor parte de los casos de este tipo de alumnado es la familia. Cuando he tenido alumnado problemático lo he entendido todo cuando he conocido a sus padres: padres y madres que no tienen tiempo de cuidar de sus hijos, o que no han sabido educarles en unas normas, o incluso que han utilizado un pretendido estilo de «educación democrática» cuando, en realidad, es un sistema permivisivo que fomenta un tipo de alumnado pasota, engreído y autoritario. Y tenemos que «aguantar» con este tipo de alumnos en clase hasta los 18 años en muchos casos cuando la solución, desde mi punto de vista, tal y como está el actual sistema educativo, es que cuatro años atrás tendrían que haber hecho una formación estrictamente profesional para conocer un oficio en el que van a acabar derivando cuatro años después -en las condiciones actuales- tras haber pasado cuatro o cinco años en la secundaria pasando de curso en curso, pasando de todo y molestando a los demás.

En fin, esto son cosas que me surgen a bote pronto a raíz del artículo pero que llevo desde hace mucho tiempo pensando. El sistema educativo se está degradando, si es que puede hacerlo más. Hay que poner soluciones.